Raina Schneider nace el 31 de Diciembre en Berlín, Alemania. Sus padres estaban alegres por el nacimiento de su hija, quien iba a ser heredera de toda una empresa de automoción, para que siguiera adelante con el proyecto de su bisabuelo, quien empezó una línea de automóviles reconocidos en el país.

La familia de Raina era muy reconocida, no sólo por seguir adelante con la empresa que les daba de comer, sino que a medida que pasaba el tiempo, llegaba con innovaciones que todo el mundo quería poseer.

Raina, quien parecía estar bastante cerca del espacio de trabajo de sus padres, deambulaba por las zonas seguras para ver la creación de estos vehículos. Ella parecía entender a la perfección lo que estaban haciendo con esos autos, y sus padres, sorprendidos de que tuvieran dicho conocimiento sin haberle explicado previamente sobre ello, pensaron que su hija tenía una mentalidad superior al de otros críos. Ya ellos eran conscientes de las notas tan perfectas de su hija en la escuela, pero no pensaron en la posibilidad de entender cosas más complejas como la ingeniería.

Es por eso, que los padres de Raina tomaron una importante decisión, que les daría aún más reconocimiento. Con seis años de edad, mandaron a la pequeña a Pekín, China, para que pudiera encontrar modos de mejora para la empresa, mientras realizaba allí sus estudios.

Por supuesto, Raina no quería irse tan lejos. No entendía porqué la mandaban a un país desconocido, que además, se encontraba en el otro lado del mundo. Sin embargo, la chica debía obedecer a sus padres.

Preparó las maletas, y su madre le presentó a la tutora que estaría a su lado mientras estuviese hospedada en su nuevo hogar. Era una amiga cercana a su madre, quien se dedicaba a la enseñanza en centros privados; los padres contrataron sus servicios para que siguiera formándose como cualquier niño de su edad.

Cuando Raina y su tutora, Adelma, llegaron a China, la niña sintió que su vida cambió drásticamente: ahora no podía tener a sus amigos del colegio, tampoco podía estudiar con ellos, no entendía nada del idioma de ese país, y sus costumbres eran muy diferentes a los de Alemania.

Adelma tampoco era muy paciente con la niña, no hacía más que decir: "Quiero volver a casa", "Este sitio es una basura", "Me estás enseñando cosas muy fáciles", "No cocinas como mi mamá". A pesar de que su estudio era impecable, en cuanto a actitud, Raina demostró desgana a la hora de convivir con su tutora.

Y con el paso de los años, fue empeorando más y más.

Adelma llevaba a Raina a clases de chino, donde aprendió a manejar el idioma y su escritura. No fue difícil para ella manejar su lengua, de hecho, se veía que Raina aprendió mucho más que la su profesora privada. Esto llevó a que Raina se burlase de vez en cuando de ella.

Su tutora también se comunicó con los ingenieros del país, quien previamente supieron de su visita ya que los padres de Raina, se pusieron en contacto con ellos. Adelma les presentó a la joven chica, quien estaba molesta por ser el títere de sus padres.

"Ellos sólo aparentaban quererme para ser su perrito faldero." Fueron las palabras de Raina, con nueve años de edad.

A los primeros días de que los ingenieros aceptaran tener a la cría presente en sus proyectos, Raina asistía para aparentar interés en lo que hacían. Al cuarto día... Raina se quedó sin mentores.

¿Cuál fue la razón? Muy simple: Mientras uno de esos instructores le fue explicando a la pequeña el cómo funcionaba una de esas máquinas mientras estaba apagada, Raina, encendió uno de los botones que activaban la misma. Un cizallamiento del mismo aparato provocó la muerte del instructor. Al final, la causa de su muerte fue asociada por un error en la maquinaria, sin precaución; nadie señaló a la niña como sospechosa.

En otra ocasión, sucedió un segundo crimen; en este caso, una persona acabó aplastada y su cuerpo quedó destrozado, ocasionando una muerte directa. No señalaron a la niña tampoco en esta situación, quien estaba escondida a ojos del trabajador.

A sus once años, Raina empieza a interesarse por la lectura: a pesar de que la mandaban hasta otras empresas conocidas, dejó de tener ese único porcentaje de interés en las máquinas, por lo que no aparecía nunca por dichas empresas.

Su enfoque fue dirigido a las ciencias y sus diferentes ramas. Era curioso como el conocimiento humano se obtiene en base al razonamiento y observación, era muy diferente a la ingeniería, y mucho más atractivo para la pequeña Raina.

Sus lecturas la llevaban a un enfoque amplio sobre las diferentes ciencias existentes. En su casa, tenía una gran variedad de libros que leía sin parar. Esto hizo que Adelma se alterase, exclamándole que no debía enfocarse en la ciencia, sino en la ingeniería, como deseaban sus padres, pero Raina dijo que no.

De su cuarto, sacó una pequeña zona de experimentos, jugando, sobre todo, con la botánica. De ahí, sacó su interés y gusto por las plantas, además de ser un ser vivo interesante para la pequeña Raina.

A los catorce años, Raina formó su primer plan para deshacerse de su tutora Adelma.

Primero, creó un veneno letal pero lento en cuanto a proceso, un veneno que fue echándole en el café de las mañanas de su tutora. Adelma con el paso de los días, fue sintiéndose cada vez con menos energías, paralizando su cuerpo cuando ya no podía siquiera moverse de la cama, esperando, únicamente, que su experimento llegase hasta su corazón.

"El cuerpo humano es muchísimo más interesante que la innovación de las máquinas."

Fueron las últimas palabras que oiría su tutora, antes de que se quedase estática y fría, encima de su cama. Tapó el cuerpo por completo, y salió de su hogar, prendiendo un trapo en la zona donde se hallaba su profesora.

Con las pocas pertenencias en una pequeña mochila a sus espaldas, se dirigió a buscar a un cirujano plástico. No le fue fácil encontrar uno que aceptara su petición, hasta que una joven en prácticas, la aceptó. Su pago fue darle información e innovación en cuanto a la cirugía, con tal de tener entre sus manos todo lo que necesitaba para ser una de las mejores de dicho sector.

Raina cambió su rostro en base a las directrices que ésta le daba a la joven.

Su rostro la hacía pasarse por una ciudadana de origen chino, sus facciones eran muy diferentes a la original.

Cambió su nombre a Wu Shu Hua, dando a Raina Schneider por muerta junto al gran incendio provocado en su propia casa. Un incendio que marcó bastante en una de las calles de Pekín, ya que la noticia salió como un pequeño accidente y con dos víctimas de por medio.

Pero, ¿Dónde viviría ahora? En una de las casas más humildes que pudo alquilar, vendiendo sus teorías científicas a aquel que necesitase continuar con su proyecto. ¿Podía vivir de ello? Bueno, cuando la gente estaba tan necesitada, callaban muchísimo a cambio de un gran dineral.

Así fue que se mantuvo, hasta que llega su carta de ingreso a Hope's Peak Academy como Científica Definitiva... Era como si supieran perfectamente de quién se encargaba de todas las novedades que salían al mercado.

Daba por seguro que uno de sus clientes se había chivado a la persona interesada en saber su identidad.

No obstante, le importaba poco que su nombre figurase en ese título, puesto que aquello le daría lo que necesitaba para poder seguir viviendo con una máscara en su rostro, mientras pensaba en como eliminar a sus padres sin dejar ni un rastro de ellos.

Ese, sería su nuevo propósito.